10 nov 2015

Más gasto en papel que nunca


spjgalicia2LA VOZ DE GALICIA Antes cada abogado o procurador traía sus documentos ordenados y en papel. Ahora no, lo envían telemáticamente y entonces nosotros tenemos que imprimirlo y ordenarlo, para gestionarlo como hacíamos antes. Es decir, trabajo doble», se queja una funcionaria en el edificio de los juzgados de A Coruña. A cualquiera de ellos a quien se le pregunte por el nuevo modelo, ofrecerá una versión parecida: «Y las impresoras echan humo -apunta otro-. Lo que antes no pasaba. No solo trabajamos más, sino que ahora es la Administración la que paga el papel y el tóner».

Se diría que en una parte importante del edificio y su entorno, no solo faltan las herramientas, sino también un poco de voluntad. «Uy, sí, sí. Ya nos han dicho que va a ser imprescindible, aunque yo aún no la tengo -apunta una abogada apresurada por uno de los pasillos. Llámame en otro momento y te cuento». No lo haré, claro.
Bueno, pero no para todos
«Para los abogados y los usuarios de la Justicia, el sistema va a ser muy bueno, pero para los funcionarios, no tanto», considera el representante de UGT, que vuelve a insistir en la falta de medios y a recordar que la mayor parte de las veces las reformas llegan mucho antes que las herramientas para llevarlas a cabo. «El papel va a tardar bastante tiempo en desaparecer», considera un sindicalista de USO.
Algunos funcionarios intentan explicar lo complicado que es moverse por un documento de 700 folios sin un Software específico, registrar documentos o rellenar impresos maximizando y minimizando archivos. Pero bueno, no todo son miradas negativas. En el decanato, donde se reciben los asuntos y se derivan a los diferentes juzgados, los funcionarios cuentan ya con una doble pantalla para poder copiar los datos con algo más de eficacia. La puesta en marcha del proceso digital, de cualquier cambio en realidad en la administración de Justicia, tiene el hándicap de afectar a tres cuerpos de funcionarios distintos: los de base, que dependen de la Xunta; los secretarios, que dependen del Ministerio y los jueces, cuyo órgano de gobierno es el Consejo del Poder Judicial. «A eso hay que añadir que cada juzgado funciona de manera más o menos autónoma. Así que en algunos no se imprimirán los documentos, pero en el mío se imprime todo», afirma una trabajadora. Queda, está claro, un largo camino hasta el papel cero.