Publicado en eldiario.es.
Jueces para la Democracia es la organización que aglutina a gran parte
de los jueces y juezas situados en el ámbito del progresismo. Xermán
Varela, coportavoz de la asociación en Galicia, observa con preocupación
los acontecimientos que, en los últimos tiempos, están sucediendo
vinculados a la Justicia y que ocupan grandes titulares: el último, el
ataque del Gobierno local de Santiago, en el que 10 de los 13 ediles
están imputados, contra la jueza Ana López Suevos, a la que le achacan
un intento de “persecución política”.
Sin entrar “en casos concretos”, Jueces para la
Democracia también lamenta actitudes prodecentes de la propia
judicatura: “La retransmisión en directo de una instrucción no solo no
sirve para nada, no solo puede perjudicar la propia instrucción, sino
que afecta a principios fundamentales”.
La política está en los juzgados en demasiadas ocasiones?
La política está en los juzgados en demasiadas ocasiones?
Cuando decimos que se mezclan justicia y política, nos
referimos a fenómenos distintos. En los estados constitucionales, a
medida que la ciudadanía va adquiriendo mayor conciencia de sus
derechos, se produce la necesidad de que los jueces entremos en
valoraciones que van más allá de la aplicación automática de la ley. Por
otra parte, la gente es más consciente de utilizar los recursos
judiciales. Esto, en sí mismo, no es negativo; pero utilizamos la misma
expresión de “politización” para referirnos a la constante presentación
de querellas y al uso del recurso penal para dar respuesta a decisiones
que nos disgustan. Eso sería negativo. Ha aumentado la conciencia contra
prácticas que antes tenían una cierta tolerancia. ¿Esto quiere decir
que todos los casos son positivos? No necesariamente, porque hay veces
en las que se produce una utilización tergiversadora de las
instituciones judiciales.
¿Han abusado los partidos de la figura de la imputación? ¿La han utilizado como arma arrojadiza con demasiada frecuencia?
¿Han abusado los partidos de la figura de la imputación? ¿La han utilizado como arma arrojadiza con demasiada frecuencia?
Lo primero que deberíamos hacer es deslindar el ámbito de
la responsabilidad política de la penal. Son ámbitos diferentes: que
alguien esté imputado lo único que quiere decir es que está siendo
investigado y tiene derecho a defenderse, tiene derecho a que la
justicia lo trate como persona inocente. No tiene nada que ver con la
responsabilidad política, ni en un sentido ni en otro. No necesariamente
tiene que haber responsabilidad política, habrá que valorar los hechos
que se le imputan y la solidez de los indicios. Esto no quiere decir,
tampoco, que hasta que no esté condenado no tenga responsabilidad
política, incluso una persona absuelta puede tenerla. Porque los hechos
pueden no ser imputables penalmente pero puede existir esa
responsabilidad, que es mucho más amplia que la penal. Puede no ser
responsable de lo que sucedió, pero que las personas designadas por él
hicieran algo que no debían. O se pueden dar supuestos de prescripción,
cuando no procede perseguir penalmente, pero el hecho sucedió y la
responsabilidad penal prescribe, pero la política, no. Por ejemplo, que
una persona haya dejado de declarar dinero a Hacienda en una cantidad
importante no puede querer decir que siga ejerciendo su responsabilidad
política como si no hubiera pasado nada.
La portavoz del Gobierno local de Santiago acusa a la jueza Ana López Suevos de hacer política desde la justicia tras la imputación de la junta de gobierno local: ¿cómo lo interpretan?
La portavoz del Gobierno local de Santiago acusa a la jueza Ana López Suevos de hacer política desde la justicia tras la imputación de la junta de gobierno local: ¿cómo lo interpretan?
Las declaraciones de la junta de gobierno de Santiago son
insultantes, son absolutamente infundadas y dejan en muy mal lugar la
dignidad ética de las personas que las han realizado. Uno de los motivos
fundacionales de Jueces para Democracia es promover la crítica pública y
el debate público sobre toda actuación judicial, porque la ciudadanía
tiene que debatir lo que decimos y lo que valoramos y nuestras
decisiones deben ser debatidas en una democracia.
Pero lo que ha hecho la junta de gobierno de Compostela
no tiene nada que ver con una crítica o con un debate: ha ido a atacar a
una persona, imputándole comportamientos que nada tienen que ver con
los hechos. Lo único que ha hecho nuestra compañera, una excelente
profesional con gran conciencia social, ha sido limitarse a admitir a
trámite una denuncia de la Fiscalía y comunicárselo a las personas que
están siendo denunciadas, que si quieren, pueden defenderse. No ha hecho
nada más, no ha tenido que adoptar ninguna decisión. Por lo tanto, esto
es un capricho de la junta de gobierno, más sorprendente cuando la
compañera ha optado por citarlos a declarar y no entrar en el circo de
las detenciones en el que a veces se cae. Existiendo como han existido
en nuestro país y en el resto del Estado resoluciones judiciales que sí
podrían haber sido objeto de debate, en esas no lo ha habido. Espero que
no sea porque la compañera se distingue, entre otras cosas, por el
empleo de nuestra lengua. La persona que ha hecho esas declaraciones,
por respeto institucional, debería dimitir.
El mismo Gobierno local elogió hace pocos días a la misma jueza por “hacer justicia”, cuando exculpó al alcalde en otro caso.
El mismo Gobierno local elogió hace pocos días a la misma jueza por “hacer justicia”, cuando exculpó al alcalde en otro caso.
Eso también es un error. No se debe elogiar ni atacar a
las personas. Discutamos el contenido de la resolución en concreto. A
veces acertamos y a veces, no, nuestras decisiones prácticamente siempre
son discutibles y no pasa nada. Sí que pasa cuando se ataca a una
persona. Y un responsable de un poder del Estado, en este caso en el
ámbito local, no puede atacar a una jueza de la forma en que se ha
hecho. Eso incumple las normas básicas de respeto.
Se suele decir que los tiempos de la política y los de la justicia son distintos, pero también observamos operaciones más o menos mediáticas en vísperas electorales.
Se suele decir que los tiempos de la política y los de la justicia son distintos, pero también observamos operaciones más o menos mediáticas en vísperas electorales.
Hay que ponderar factores; los tiempos judiciales deben
ser independientes, tener su propio ritmo. Pero un juez no puede obviar
la trascendencia social de sus actuaciones, por ejemplo, en los períodos
previos a encuentros electorales, que son de una especial sensibilidad.
Hace falta tener en cuenta los posibles efectos de una actuación
judicial y ponderar a ser posible no afectar al proceso electoral. A ser
posible. Si no lo es, evidentemente hay que actuar.
¿La lentitud de la Justicia facilita que surjan este tipo de conflictos? Algunos casos muy mediáticos, como el Campeón o el Pokémon, llevan instruyéndose mucho tiempo.
¿La lentitud de la Justicia facilita que surjan este tipo de conflictos? Algunos casos muy mediáticos, como el Campeón o el Pokémon, llevan instruyéndose mucho tiempo.
De operaciones concretas no
puedo hablar pero, con carácter general, deberíamos hacer una reflexión
sobre el papel de los jueces de instrucción y el poder que llegan a
asumir. Y cuestionarnos hasta qué punto un uso indebido de ese poder
puede cuestionar principios propios de un Estado democrático. Este es un
debate que hay en toda Europa, no es un invento nuestro. El juez
instructor tiene un poder muy grande y además tiene un poder, de facto,
que proyecta una imagen de una supuesta justicia inmediata que puede dar
amparo a imágenes más de justiciero que de juez. Y cuanto más
justiciero, menos juez, aunque obtenga un aplauso muy inmediato, y más
en peligro pondrá los equilibrios básicos de un sistema democrático de
reparto de poder.
Hay instrumentos como el secreto y las privaciones de
libertad que son zonas grises especialmente peligrosas para el respecto a
derechos fundamentales. No se es más eficaz por ser más duro y una
duración excesiva del secreto judicial, sin valorar ningún caso
concreto, no es buena. Del mismo modo, la preservación del secreto de
sumario para el público general es buena en cuanto sea una medida de
defensa de la dignidad de las personas: la exhibición de personas
esposadas o de la realización de diligencias no responde a ninguna
finalidad del proceso y no comprendo cómo se pueden retransmitir en
directo determinadas actuaciones judiciales.
Estas actitudes no se dan solo en casos vinculados a la política, las acabamos de vivir vinculadas al caso de la niña asesinada en Santiago.
Estas actitudes no se dan solo en casos vinculados a la política, las acabamos de vivir vinculadas al caso de la niña asesinada en Santiago.
En este caso el espectáculo
se ha alejado de cualquier tipo de información. La exhibición de
determinadas imágenes le da al espectador la impresión de que entiende
lo que sucede, cuando no lo entiende. Percibe sentimientos, no razones.
Se apela al espectador como testigo para que se considere con capacidad
de juzgar lo sucedido, lo cual no es cierto. Es una manipulación que,
por desgracia, sucede en muchos ámbitos de los medios, a lo mejor por la
tiranía del medio televisivo y, ahora, de internet.
Es una crítica que también se ha realizado desde el mundo del periodismo.
Si esto, además, viene acompañado de una especie de retransmisión en
directo de las acciones instructoras, va contra la idea de la presunción
de inocencia. No por la presencia de un juez es un juicio. El juez
instructor es investigador. Y hemos llegado al punto de que la única
verdad legítima es el producto de un debate contradictorio. Y la
instrucción tiene por objeto recoger elementos para realizar el juicio.
La justicia no se puede administrar a golpe de programa televisivo ni de
instructor detective.
Desde el Gobierno central se ha llegado a sugerir la posibilidad de penar las filtraciones a la prensa, ¿es una cuestión más de legalidad o de responsabilidad?
Desde el Gobierno central se ha llegado a sugerir la posibilidad de penar las filtraciones a la prensa, ¿es una cuestión más de legalidad o de responsabilidad?
Probablemente haya que ponderar diversos factores, porque
es necesario atender a que el proceso judicial no implique un atentado
contra el derecho a la propia imagen de la ciudadanía afectada. Pero es
importante que todo acto del poder, y el judicial es uno como otro,
pueda ser observado y controlado por la ciudadanía. Una opción de
prohibición de la actuación de la prensa no me parece una buena idea,
los regímenes que lo hicieron no llevaron un buen camino. Pero de alguna
manera habrá que regularlo y ahí la prensa tiene una gran
responsabilidad. La ausencia de información o la no separación entre
espectáculo, divulgación o manipulación lleva adonde lleva y además no
es inocente; se informa mucho de aquellos hechos que permiten informar
sin afectar a ningún poder fáctico, económico… La muerte de una persona
es responsabilidad, en principio, de quien mató a esa persona. No se
informa con la misma profundidad, intensidad o despliegue de medios
cuando se trata de analizar las responsabilidades sociales de
determinados fenómenos. Como no es inocente el aumento exponencial de
las noticias sobre sucesos en momentos previos a propuestas de
endurecimiento del Código Penal.
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