Por Luis M. Carceller. Publicado en elmundo.es. La
Justicia era hace años un desastre. Así que se tomaron medidas serias,
de esas que copan titulares, funcionarios para apoyar a los juzgados,
jueces para asumir parte de la tarea de otros jueces. Lejos de
tomar medidas estructurales se pusieron en marcha las coyunturales,
aquellas que se hacen llamar de forma efectista ‘de choque’.
Ahora, la Justicia sigue siendo un desastre. Se cumple la máxima de
Groucho Marx, aquella de que partiendo de la nada se puede llegar a la
más altas cimas de la miseria.
Esta semana se ha conocido que una juez de apoyo se ha largado después de trabajar un mes sin sueldo.
Ha ocurrido en el Juzgado de lo mercantil número 2 de Málaga. El
Ministerio dejó de pagar. Los recortes, ya se sabe. Todo el lío que se
montó por la acumulación de casos en el juzgado ha quedado en nada. La
crisis ha provocado recortes y también un aumento del trabajo en los
juzgados de Lo Mercantil. Casi 800 concursos de empresas en crisis se acumulan en los juzgados de Lo Mercantil de Málaga. Hay dos juzgados, el Consejo General del Poder Judicial dice que debían ser más de diez.
Otro de los asuntos pendientes de resolver es el de las sentencias
que aún no han sido ejecutadas. Un caso en Andalucía en el que murió una
menor aceleró la preocupación social por este asunto. El detenido tenía
una sentencia pendiente de ejecución. Pero la preocupación por este
problema duró lo que el escándalo. Ahora parecen haberse olvidado. Esta semana se ha conocido también que hay casi 25.000 sentencias penales en Málaga que no se han ejecutado, cuando doce meses antes eran 20.300.
La conclusión es que se anuncian medidas a golpe de escándalo y
luego se ahorra cuando la opinión pública cede o cuando otro asunto
copa su indignación. Hoy son los desahucios los que generan la
irritación popular y se anuncian leyes en el Congreso y decretos en la
Junta. Mañana se olvidará el asunto y las comisiones judiciales podrán
ir tranquilamente a echar a al gente de casa.
Ayer fue la Justicia uno de los puntos fundamentales del orden del
día y proliferaron las medidas urgentes, las reuniones del CGPJ, las
prisas ministeriales y las medidas extraordinarias. Hoy, ya se ve, los
datos indican que las medidas para frenar el deterioro de la Justicia no fueron efectivas.
Avanza a paso muy lento, por detrás de lo que se espera de ella. El
efectismo se impone a golpe de protestas. Es el fracaso de una Justicia
de choque.
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