Publicado en farodevigo.es.
Los sindicatos de la administración de Justicia en Pontevedra (CSIF, CC
OO, STAJ, CIG, USO y UGT) anunciaron ayer que se suman a una campaña a
nivel estatal que tiene como objetivo forzar al Ministerio de Justicia a
dar marcha atrás en la ley que reformará los registros civiles y que
delegará esta labor en los registradores de la propiedad y mercantiles. La primera de las movilizaciones será mañana mismo con una concentración a las 11.30 horas ante la sede judicial de A Parda. También inician una campaña de recogida de firmas.
Los sindicatos llamaron a la ciudadanía a sumarse a estas
movilizaciones tras advertir de la fuerte repercusión que la medida
tendrá entre los usuarios de este servicio. Para las centrales
sindicales, la medida supone una “privatización inaceptable” de un
servicio público que además afecta a derechos básicos de los
administrados. Consideran que a partir de ahora los ciudadanos se verán
obligados a realizar un “repago” por el uso de este servicio que ahora
es “gratuito” por una sencilla razón, puesto que “ya lo pagamos vía
impuestos”. De esta forma, señalan que trámites como una fe de vida,
duplicados de libros de familia, certificados de nacimientos,
defunciones…, es decir, certificaciones que habitualmente son requeridas
para múltiples trámites administrativos, solo se podrán obtener a
través de los registradores previo pago de un arancel. “De esta forma el
Gobierno le está entregando a los registradores un negocio redondo”,
señalaron los sindicatos. Tras recordar que el presidente Rajoy es
registrador de la propiedad, señalan que detrás de la medida se
encuentra un intento de que estos profesionales recuperen volumen de
negocio perdido tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Los
funcionarios advierten de que la nueva ley convertirá en obligatorios
trámites que ahora no lo son y por los que también habrá que pagar. Por
ejemplo, será obligatorio declarar expresamente el régimen matrimonial.
Adiós a los juzgados de paz
Los sindicatos de la administración de Justicia señalan que la medida
también tendría un coste laboral con la desaparición o amortización de
más de 3.000 plazas de funcionarios en toda España, unos 70 en la
provincia. La ley también haría desaparecer los registros civiles y los
juzgados de paz que asumen estas competencias en los pueblos, creando
una única oficina a nivel provincial. Esto obligaría a muchos ciudadanos
a desplazarse a la capital para realizar sus gestiones, lo que también
implica nuevos gastos.
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