Publicado en farodevigo.es.
El segundo edificio judicial de A Parda, que la Xunta pretende tener
disponible aproximadamente en 2016, ya está en marcha. La Sociedade
Pública de Investimentos (SPI-Galicia) acaba de adjudicar por 270.000
euros el diseño definitivo de un inmueble que contará con una altura
máxima de siete plantas (similar al actual) para albergar al menos 25
juzgados y tendrá que estar unido físicamente al ya existente mediante
una pasarela aérea y otra subterránea.
El equipo técnico (Iceacsa-Jon
Montero-Naiara Montero), seleccionado entre un total de 42 ofertas
presentadas a este concurso, dispone de ocho meses para completar su
trabajo, con lo que ese proyecto básico y de ejecución estaría listo
entre febrero y marzo de 2013. Para entonces, se confía en que el
Concello haya culminado las expropiaciones de los terrenos, proceso en
el que se trabaja desde hace unos dos años.
La ejecución y puesta en funcionamiento de
esta nueva sede, que el sector reclama desde hace años, permitirá
destinar el Palacio de Justicia de Rosalía de Castro únicamente a
secciones de la Audiencia Provincial, mientras que el actual edificio de
A Parda se especializará en la jurisdicción penal. Así se establece, a
grandes rasgos, en las condiciones con las que la Consellería de
Presidencia licitó en febrero la redacción de este proyecto constructivo
de este futuro inmueble, cuyo presupuesto estimativo es de 20 millones
de euros.
La obligación básica de la futura sede es
“reagrupar todos los juzgados y generar espacio suficiente para los
próximos años”. Al respecto, se explica que “en la actualidad las sedes
judiciales de Pontevedra se encuentran dispersas en la Audiencia
Provincial (cuatro secciones, cuatro juzgados de lo social y dos de lo
mercantil), en un edificio de la calle Germán Adrio (tres juzgados del
contencioso administrativo) y en la sede A Parda, con quince juzgados
además del de guardia, la Fiscalía y el Decanato”. La consellería señala
que “ante esta saturación, el nuevo edificio deberá acoger los tres
juzgados del contencioso administrativo situados en el edificio de
Germán Adrio y los seis de la Audiencia. Además de esto, la previsión es
que en el actual edificio de A Parda quede solamente la jurisdicción
penal”, por lo que “deberá de proyectarse para contener un mínimo de 25
unidades judiciales”.
Otra de las condiciones impuestas al equipo
redactor es “conseguir una agrupación de las dos sedes judiciales, la
existente y la futura, generando para ello un único acceso a los
servicios judiciales y una conexión tanto soterrada como aérea entre las
dos infraestructuras de tal manera que las edificaciones funcionen como
una sola”. Esta “unidad” es una constante en las exigencias que se le
plantean a la consultora, a la que también se le pide que el inmueble
“diste de ser una construcción de carácter independiente al que ahora
existe, sino que viene a ampliar y complementar las infraestructuras
actuales. Por eso deberá proyectarse teniendo en cuenta la posibilidad
de un único acceso para el total de la infraestructura judicial,
estableciéndose una conexión tanto aérea como soterrada, lo que debe
minimizar los requisitos de seguridad y ahorrar innecesarios traslados
por el exterior de los edificios”.
Los aspirantes a elaborar el proyecto, que
percibirán una retribución máxima de 392.000 euros por su trabajo,
disponen hasta el 9 de abril para presentar sus ofertas y de un plazo
posterior de ocho meses para diseñar y proyectar el edificio, que debe
huir del “viejo y rígido diseño de la oficina judicial” para apostar por
un “cambio del enfoque” y obtener “una oficina judicial flexible, ágil y
eficaz, tendiendo hacia edificios de los denominados
arquitectónicamente ligeros, o más diáfanos posible, de tal manera que
se tenga una amplia vista de todos los servicios y facilite su
compresión. En este sentido, se piensa en generar unos servicios comunes
procesales, que presten sus servicios a todas las jurisdicciones” en
materia de registro y reparto, actos de comunicación y de información”.
Cinco de las siete plantas, para las unidades judiciales
El cuadro de necesidades detalla con
bastante precisión tanto el destino que se debe dar a cada una de las
plantas (siete sobre la rasante y dos sótanos) como las dimensiones de
cada dependencia. Así, las planta baja y primera contarán con “un amplio
acceso y próximos a él, deben ubicarse los servicios que más demanda
puedan tener”, así como locales sindicales y salas de vistas. Al
respecto, se calcula la necesidad de 16 unidades, de unos 50 metros
cuadrados cada una”, con el añadido de una sala grande, “del doble de
superficie”. En estas dos plantas también debe incluirse un “espacio
multifunción para usos como la Junta Electoral, cursos de trabajadores u
otros, debiendo estar diseñado para que 10 personas puedan estar
trabajando en él”, así como “dependencias para abogados y procuradores”.
El segundo sótano, de 4.800 metros
cuadrados, “se destinará a aparcamiento y almacén”, mientras que el
primer sótano, de la misma superficie, “cubrirá el resto del
aparcamiento exigido además de los archivos principales. Los cinco
plantas superiores, de la segunda a la sexta y de 1.250 metros cuadrados
cada una, “son las destinadas a las unidades judiciales” y deben contar
con “despachos de magistrados y secretarios, de las mismas
características y con una superficie útil no superior a los 25 metros
cuadrados, cerca de sus oficinas judiciales y con materiales que les
permitan desmontarse o adaptarse a otros espacios”.
Las oficinas judiciales, por su parte,
“deberán tener la dimensión adecuada para disponer de diez personas
trabajando y su estructura debe de permitir albergar diferentes
configuraciones”. Se añade la exigencia de que sean “diáfanas y
separadas únicamente por elementos móviles que tan siquiera lleguen al
techo pero que permitan separar visualmente los distintos órganos
judiciales. Deben de tener asimismo un espacio, para albergar los
asuntos, y que permitan su adecuada custodia”.
El gobierno local confía en poner los terrenos a disposición de Presidencia a final de año
El conselleiro de Presidencia, Alfonso
Rueda, y el alcalde, Miguel Fernández Lores, firmaron en mayo de 2010 el
convenio por el cual el Concello se comprometía a poner los terrenos a
disposición de la Xunta. Aunque el gobierno local trató de que fuera el
ejecutivo gallego el que asumiera esa gestión, finalmente es una labor
municipal en la que ya ha con sumido dos años, con la aprobación de un
plan urbanístico específico por el medio.
El futuro edificio judicial tendrá una
superficie máxima edificada de 18.000 metros cuadrados, y deberá contar
con más de 200 plazas de aparcamiento, todo ello sobre una parcela de
6.651 metros cuadrados de los que 4.813 se destinan al equipamiento,
otros 856 a espacios libres y 982 al viario.
La expropiación afecta a trece propietarios
y todos ellos han mostrado ya su desacuerdo con la valoración
municipal, de 1,4 millones. El actual concejal de Patrimonio, Vicente
García Legísima, confía en culminar este trámite después del verano. Sin
embargo, existen aún litigios pendientes, como el que afecta a un solar
de 900 metros cuadrados expropiado en su día por Adif pero que reclama
su antiguo propietario.
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