La crisis ha beneficiado en algo a los desahuciados. El trabajo de los funcionarios judiciales de Vigo tiene más piedras en el camino que en otras comunidades autónomas porque la Xunta no dota de programas de ordenador específicos a la oficina de Notificaciones y Embargos de Vigo pese a sus múltiples peticiones de modernización.
Los empleados precisan registrar los lanzamientos que llevan a cabo cada semana pero, como en el siglo XIX, lo anotan a bolígrafo en un libro de registro de papel. Por ello, a día de hoy ignoran cuántos desahucios han hecho en total porque carecen de una base de datos informatizada que lleve la cuenta del registro de todos los asuntos, para saber cuales han sido dados de baja y de qué casos siguen vivos. Una ardua labor que la persona competente realiza cada trimestre para dar cuenta al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Para colmo, las distintas versiones del programa judicial Libra, que funciona en todos los juzgados, no incluyen una aplicación específica para llevar el registro de dichas notificaciones, casi 100.000 al año. Solo en agosto, un mes inhábil, los procuradores recogieron 7.000 notificaciones de toda índole.
Y trabajo no falta porque en los tres últimos años, los desalojos de pisos y negocios en Vigo subieron un 117%. En el 2009, hubo 269 casos y, a día de hoy, rondan los 600. Las notificaciones de embargos han descendido porque, con la nueva ley, el juzgado puede enviar la notificación directamente.
Este tipo de programas, según comentan fuentes judiciales, no son nada del otro mundo sino que otras oficinas similares de España ya han sido informatizadas. Por ejemplo, el Principado de Asturias ensaya un sistema de notificación digital que usará el juzgado de lo Mercantil de Gijón, el cual dará los avisos a los afectados a través de correos electrónicos por Internet.
El sistema de seguridad que incorpora Lexnet, que utiliza firmas electrónicas y certificaciones digitales, permite dar a los correos electrónicos plena validez legal. Algo que suena a ciencia ficción en Vigo.
Aunque parezca mentira en pleno siglo XXI, la oficina de Notificaciones y Embargos de Vigo trabaja con los métodos de hace cien años.
La administración preguntó cuánto tiempo llevaba hacer un desalojo y lo calcularon a ojo
Un ejemplo de la precariedad de los
medios de la oficina de Notificaciones y Embargos de Vigo es la
siguiente anécdota. La Administración preguntó a los funcionarios cuánto
tiempo les llevaba un proceso de desalojo desde la orden judicial hasta
su ejecución. Si la oficina dispusiese de una base de datos
informatizada podría calcular la media de tiempo de cada asunto vivo,
debidamente computado. Sin embargo, los funcionarios tuvieron que
calcularlo con el viejo método de a ojo de buen cubero y dieron una
respuesta aproximada después de que cada uno, a su buen juicio, pensase
el tiempo que le llevaba un asunto medio. «Suelen durar unos meses, pero
lo sabríamos con certeza si dispusiésemos de bases de datos», dijo un
experto judicial.
Del mismo modo, a día de hoy ignoran la cifra exacta de asuntos que han entrado en el 2011 aunque, a ojo, creen que son más que el año pasado. «Nos mantenemos en las mismas cifras, pero creemos que son un poco más elevadas», afirman las fuentes consultadas. Estas lamentan no dar una cifra más aproximada por la falta de medios informáticos.
La veintena de funcionarios que trabajan en esta oficina alerta desde hace años de la precariedad de medios que tienen para hacer las notificaciones. Una de las quejas principales era la falta de ordenadores, algo que suplió la Xunta en su día. Gracias a ellos pudieron tramitar asuntos con Correos.
También han reclamado en numerosas ocasiones, incluso con escritos a la Administración, un aumento de superficie en la oficina. La petición no ha podido ser atendida porque los dos edificios judiciales han agotado su espacio útil hace tiempo.
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Del mismo modo, a día de hoy ignoran la cifra exacta de asuntos que han entrado en el 2011 aunque, a ojo, creen que son más que el año pasado. «Nos mantenemos en las mismas cifras, pero creemos que son un poco más elevadas», afirman las fuentes consultadas. Estas lamentan no dar una cifra más aproximada por la falta de medios informáticos.
La veintena de funcionarios que trabajan en esta oficina alerta desde hace años de la precariedad de medios que tienen para hacer las notificaciones. Una de las quejas principales era la falta de ordenadores, algo que suplió la Xunta en su día. Gracias a ellos pudieron tramitar asuntos con Correos.
También han reclamado en numerosas ocasiones, incluso con escritos a la Administración, un aumento de superficie en la oficina. La petición no ha podido ser atendida porque los dos edificios judiciales han agotado su espacio útil hace tiempo.
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