Publicado en www.larazon.es
El Gobierno tiene muy avanzada una ley ómnibus que podría ver la luz
en las próximas semanas y que sería un complemento más, de los muchos
que quedan pendientes, en el plan de ajuste del gasto público que
recogen los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que aprobó el
Consejo de Ministros el pasado viernes. En la elaboración de los
Presupuestos, el Ejecutivo ha estudiado al milímetro cada partida de
gasto y de ingresos para analizar qué es, a su juicio, lo realmente
prescindible en una situación extraordinaria como esta y por qué vía se
puede incrementar efectivamente más los ingresos y el ahorro.
En los Presupuestos no se han recogido todas las posibilidades sobre
las que están trabajando intensamente, y la intención es adoptar nuevas
medidas en dos direcciones, la productividad en el sector público y,
ligado a ella, un aumento del ahorro en el gasto autonómico. La
concreción depende de la oportunidad política, de la contestación social
y de la evolución del escenario económico.
En relación a lo primero, el Gobierno está sujeto a su compromiso de
no aprobar nuevas reducciones en el sueldo de los funcionarios, como la
que adoptó el Ejecutivo socialista en el ajuste extraordinario de mayo
de 2010. Pero hay otras opciones planteadas que se sumarían a la
extensión de la semana laboral a las 37,5 horas. Entre ellas, la
revisión de los complementos actualmente en vigor en la función pública;
la reducción de los días por asuntos propios, los conocidos como
«moscosos», en honor al ex ministro socialista Javier Moscoso, que fue
quien los aprobó, o la revisión de los trienios (el Ejecutivo ha
estudiado la posibilidad de transformarlos en quinquenios).
En un contexto de reformas estructurales como el actual, encima de la
mesa del Gobierno está la reflexión sobre la necesidad de aumentar la
productividad de la función pública. Son numerosos los expertos que
plantean que se avance en el trabajo por objetivos, la flexibilidad o la
movilidad. Los estudios confirman que en España la factura de los
salarios del empleo público es superior a la media de la OCDE y que
hasta ahora la jornada del funcionario español era también la más baja
de la UE, explican en el área económica. El Ejecutivo mantiene que sigue
sin barajar despidos como los que se han producido en otros países de
la UE, pero advierte de que sí deben seguir haciéndose cambios, y que
salvar el deterioro de la productividad es un objetivo prioritario
siempre, y más en un momento como este, aunque los funcionarios ya estén
sufriendo la crisis en sus carnes –bajada salarial del 5 por ciento
en la anterior Legislatura y congelación del sueldo para este año.
Según la OCDE, de los 29 países que en diciembre de 2010 habían
elaborado planes de consolidación fiscal, 20 de ellos redujeron el
salario de sus empleados, y 15 disminuyeron su plantilla. Los recortes
han afectado a Portugal, Grecia o Irlanda, pero también a otros países
no intervenidos como Francia o Reino Unido. Este último estudia incluso
equiparar los sueldos de los funcionarios al nivel de vida de las zonas
en las que viven.
La citada ley ómnibus también podría recoger una reforma de la
legislación básica para atender la demanda de las comunidades autónomas
de tener más margen de maniobra en la organización de su gasto público
en partidas tan importantes en sus Presupuestos, y tan delicadas, como
la Educación o la Sanidad, siempre, eso sí, con unas bases comunes para
todos. Hay presidentes autonómicos que han reclamado al Gobierno más
libertad para fijar el ratio de alumnos por clase; el catálogo de
prestaciones sanitarias; o para revisar el gasto farmacéutico. Pero en
su programa el Gobierno también se comprometió a presentar un catálogo
de servicios públicos comunes para toda España para frenar que la crisis
acentúe las diferencias entre territorios. Esta reforma del gasto
público autonómico está además bajo debate en el Consejo de Política
Fiscal y Financiera (CPFF). En su primera reunión de esta legislatura
decidieron crear un grupo de trabajo al respecto, pero dejaron su
activación para después de las elecciones andaluzas.
El Gobierno, en el ejercicio de sus competencias, también ha
analizado otras medidas, como la revisión de las tasas universitarias o
de las subvenciones a los cursos de postgrado. Antes del verano verá la
luz, asimismo, el plan de reorganización de la Administración Pública
para corregir las duplicidades de competencias entre Estado, comunidades
y ayuntamientos, para eliminar disfunciones y ahorrar en estructuras.
El presidente explicará hoy sus reformas a los españoles
La tradición es que las reuniones del Comité Ejecutivo del PP, órgano
que reúne a la plana mayor de la dirección, se celebren a puerta
cerrada, salvo contadas excepciones. Y lo habitual es que sean las
reuniones de la Junta Directiva Nacional, máximo órgano entre congresos,
las que sí se radien a los medios cuando Rajoy empieza a pronunciar su
discurso. Este último es un órgano tan amplio que en él pierden toda
razón de ser los mensajes en clave interna confiando en la reserva.
Esta vez habrá excepción y el discurso que el presidente del Gobierno
pronunciará ante su Ejecutiva podrá ser recogido por la prensa. En un
marco tan cómodo como éste, Rajoy se dirigirá por primera vez a los
españoles tras la huelga general y tras aprobarse unos excepcionales
Presupuestos –que compartirá hoy con Volker Kauder, presidente del grupo
parlamentario de la CDU alemana, el partido de Angela Merkel–. Fuentes
de su entorno aclaran que Rajoy hará pedagogía, que explicará una vez
más el sentido de la hoja de ruta que está siguiendo y la obligatoria
necesidad de seguir insistiendo en el camino de las reformas y de los
ajustes del gasto público.
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